La educación del siglo XXI precisa de nuevas metodologías que faciliten al alumno un aprendizaje más activo y significativo. La introducción de las TIC en el aula no basta para reformular la educación del futuro. Para afrontar estos nuevos retos, los profesores necesitan apoyo y formación.

Estos meses han sido muy fructíferos para mi desarrollo tanto personal como profesional. Conociendo una nueva cultura, sus tradiciones, idiosincracia, vivencias y bellas personas y paisajes. Es algo inolvidable.

En cuanto a lo profesional me llevo una gran cantidad de herramientas que sin lugar a dudas mejorarán mi labor docente y fundamentalmente generarán lo más relevante que es el aprendizaje de nuestros alumnos.

He reconocido que no existe una metodología o estilo absoluto, si no que la elección y posterior aplicación de la misma dependerá de los aprendizajes, tanto técnicos como transversales que queramos generar en nuestros alumnos. 

Nos llevamos a cuestas un gran desafío que será implementar el proyecto en nuestros centros, para aquello debemos motivar y hacer parte de aquello a nuestros directivos, pares y fundamentalmente a nuestros alumnos.